Me pediste que escribiera
de manera menos rebelde,
que pusiese colores
a la lúgubre existencia
que nos regaló este régimen
y por eso te escribo estos versos,
diferentes a los otros
sin metáforas
sin figuras retóricas
sin colores, sin olores
solo con tinta salada
del sudor de mi frente.
Me pediste que escribiera
de manera más humana,
que le pusiera sonrisa
al velorio de los atardecer
heredados de ayeres
nefastos y convulsos,
y ahora te relato
mis auroras,
mis vespertinos deseos
sin soles ni vientos
sin pedos ni bostezos,
solo con palabras
que recojo del alfabeto
de la vida.
Me pediste que escribiera
de manera dulce
azucarada
con aroma de especias exóticas
ingredientes tropicales
y sabores desconocidos;
entonces te regalo
dulces de cocos de Palea,
asados sobre la brasa
de la “pass”
tatuada de antorcha
que ilumina
los senderos que guían
nuestra fraternidad.
Me pediste que escribiera
verdades,
sin filtros y maquillaje,
para contara a los nietos
de estas tierras
las alegrías
de aquel soleado
12 de octubre del 68
de las mujeres
que bailaron sangre
y sudaron vida
para parir una república
de bananas y papayas
que abortaría sus sueños.
Me pediste…
Si. me pediste
que te hablara de Guinea.
-Mömó ETEO-