El señor Obiang Nguema es un dictador que ejerce su autoridad sin moral ni ética. Lo ejerce de forma criminal y despiadada. Lo hace con total desprecio a la ley y a los Derechos Humanos. Es así que un país en que se ejerce el poder con una dictadura tan cruel, las autoridades reciben con razón el calificativo de verdugos. Mientras que en un gobierno democrático la autoridad la ejercen demócratas.
Huelga insistirlo, pero un dictador lo primero que viola es el Estado de Derecho, es decir, impone la violación sistemática de la ley y los Derechos Humanos que la Ley ampara.
Digno ejemplo de ello, el último por ahora, es el acoso al que está siendo sometido Anacleto Micha Ndong Nlang, para al final meterlo preso durante mucho tiempo, sin ninguna base legal, como ha sido el caso de todos aquellos que se han atrevido a expresar su malestar e indignación a la grave opresión y a la miseria que nos impone esta dictadura desde hace 45 larguísimos años.
Sabemos que la dictadura de Obiang va a conseguir su objetivo contra Anacleto, utilizando cualquier tipo de artimaña, previsiblemente con una falsa imputación en unos hechos que nada tienen que ver con su persona. Y llevarán las pruebas que no resistirían ni el más mínimo requisito para ser tal. Anacleto será juzgado injustamente. Teodorín. el sobrino de Armengol Ondo Nguema Mbasogo, sigue las mismas maniobras que éste: usar la falsa imputación como norma, sin importar las pruebas. Dicen los coroneles de la gendarmeria que acusan a Anacleto por los incendios que se produjeron en el paseo marítimo y en el lugar conocido como la perrera. Ahora hay un incendio incontrolado en el pico Basile y deberían estos gendarmes explicar quién lo ha provocado estando Anacleto en la comisaría de la gendarmeria de Malabo.
Sabemos que Anacleto estaba preparando una querella criminal contra todos aquellos que participaron en su detención, cuando la dictadura asaltó la sede del partido Ciudadanos por La Innovaciṕn CI, en septiembre de 2022. Entre esos potenciales querellados está el vicepresidente hijo del dictador. Y cómo no, el impresentable siempre presente en las fechorías, Nicolás Obama Nchama. El acoso a Anacleto puede deberse al intento de éste de llevar a los tribunales guineanos a aquellos que participaron directa o indirectament5e en su detención, encarcelamiento, tortura y prolongación del cautiverio aun después de haber cumplido la pena impuesta. De ser así, es una prueba, una vez más, de que dentro de Guinea no se puede imaginar siquiera llevar ante el juez a las personas que dia tras dia violan la ley. Esto prueba que el juez Pedraz, que pretende dejar en manos de Obiang el juicio de su hijo Didi por el cuádruple secuestro de Juba, está cometiendo una prevaricación descarada, que exige que sea llevado a los tribunales. Dentro de Guinea, solo se enjuicia, sin pruebas ni bases, a la oposición.
Hoy es Anacleto, como ayer fueron Gabriel Nze Obiang y mañana lo harán con otros, en sucesión continua.
Estos hechos nos deben animar a seguir buscando la manera de acabar con las fechorías de este régimen. Sin pausa, sin dilación, uniendo fuerzas, sin manipular sino buscando con valentía e inteligencia el bien del conjunto de la ciudadanía guineana.
Muchas gracias.
Coordinación Regional de la zona Continental de Unión Popular (U.P).