Prof. Celestino Nvo Okenve Ndo
En un verdadero Estado, la administración, a través de las diversas inspecciones, garantiza el funcionamiento del Estado, un funcionamiento que en la realidad significa la provisión de servicios a los ciudadanos.
Otras veces las inspecciones deben garantizar el cumplimiento de las obligaciones de las personas físicas y jurídicas para con el Estado, por ejemplo la inspección fiscal. Otras veces la inspección garantiza que las normas creadas por las instituciones del Estado se cumplen, por ejemplo el reglamento de alta y baja tensión, que exige que las instalaciones eléctricas de alta y baja tensión sigan un método o un standard que a su vez se diseñó para dar seguridad y disminuir los costes a las instalaciones eléctricas.
Siempre hemos asegurado muchos que Guinea no es un Estado. Hay un jefe de Estado pero Guinea Ecuatorial no esta organizado como un Estado, es decir, no esta organizado como una estructura orientada al servicio de los ciudadanos, sino que esta organizado para aumentar las riquezas y el poder de la familia de Obiang Nguema Mbasogo y atláteres, como reconocieron los parlamentarios ingleses que visitaron Guinea en agosto del 2011 «The Equatorial Guinea government exists to increase the personal wealth and political power of the ruling class at the expense of the wider population» (1).
Cuando muchos llegamos a Guinea y vemos la ausencia de servicios, nos cuesta entender la situación con la lógica. El país no funciona en nada. Aquellos funcionarios o ministros que han intentado poner en marcha los mecanismos propios de un Estado para que funcione la parcela que le han encomendado con el nombramiento, se han encontrado con una barrera creada por la familia del dictador. Un ejemplo seria la inspección fiscal, que no funciona.

Si una pareja de inspectores de hacienda se acerca a una empresa para inspeccionar la situación de la empresa en sus obligaciones fiscales, por ejemplo los impuestos de sociedades, los libros de contabilidad obligatorios, las retenciones del IVA, etc. resulta que cuando llevan algún tiempo en la empresa esperando los papeles, aparece alguien, militar, que les echa de ahí. Este caso ocurrió con una empresa china y no es un caso aislado. Normalmente las empresas extranjeras que se han afincado en Guinea, lo han hecho de la mano de algún general, coronel, ministro o gerifalte, que ha influido para que le autorizaran todo y, además, para que inexplicablemente le eximan del pago de las tarifas aduaneras de los productos que importa. Con las empresas privadas nacionales pasa más o menos lo mismo: existen porque van de la mano de alguien que es amigo o presume de ser amigo del dictador. Ninguna empresa se puede instalar en Guinea sin contar con el favor de un gerifalte de la dictadura. Pues bien, casi ninguna de esas empresas paga los impuestos previstos por las leyes del Estado ficticio. ¿De dónde ingresa Hacienda Publica los impuestos? Pues de los guineanos de a pie, de los que menos tienen y que no tienen ningún general o amigo del tirano que influya para que no pague nada.

Muchos años después de esta primera observación hecha en 2013, el dictador y su hijo, nombrado éste vicepresidente del país del Estado inexistente, airean todos los días que no hay dinero en las arcas y que hay mucha corrupción. El dictador se ha olvidado que cuando se autonombró Responsable de Pagos de la Hacienda Pública, lo justificó diciendo que era para que él controlara la corrupción. Ha de deducirse por tanto que, habiendo observado tanta corrupción que deja vacías las arcas del Estado, el responsable de los pagos del Estado es el responsable de la ruina y es el responsable de la corrupción. Incluso también podría deducirse que si la corrupción procede de los cargos nombrados por él y es sistemática, es porque existe una total coherencia entre los planes y deseos del dictador y la realidad que observa y que proclama a los cuatro vientos buscando a los responsables lejos de su persona. Hay corrupción y no hay dinero porque así lo ha planeado el jefe de la tribu de los corruptos, a los que jalea para que se den prisa para la apropiación indebida.

No hay dinero en la Hacienda Pública porque la familia dictatorial trasladó a los bancos de estados paraisos fiscales en Europa (Principados europeos, Ginebra, Malta) los casi 700 millones de dólares que estaban en la Banca Riggs y han estado expatriando enormes sumas de dinero a Europa, Emiratos Arabes, Singapur, China y Turkia. No solamente dinero sino activos como los aviones de Ceiba (2 B777, 2 B737-800, 1 B737-600, 1 F900, 1 F50, 1 B767, 2 IL 76, 1 GLF6) afincados en Bodrun (Turkia). Las ayudas proporcionadas por el FMI se usan para expatriar divisas fuera y pagar parte de la deuda con el BDEAC y otros.

Todo eso mientras sigue el caos, nada funciona, ni siquiera la dictadura.

(1) For the Children who wash in Rivers. Report on a Parliamentary Delegation to Equatorial Guinea August 17th – 22nd 2011

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