Donato Ndongo

«… Y Paisa, de vuelta a su segundo domicilio: Black Beach…Pero solo por romper un cristal…?». Esta pregunta de Odom Ondo Kezza, amigo en Facebook residente en Sri Lanka, me lleva a recordar que no es la primera vez que Joaquín Eló Ayeto, más conocido como PAYSA, es encarcelado por cumplir con su deber de ciudadano y reivindicar sus derechos intrínsecos, inalienables. Alguna persona muy «civilizada» que denota escaso juicio ha escrito que ya se sabía en qué régimen vivimos los guineoecuatorianos; por lo cual no debió producirse la convocatoria ni, mucho menos, perder la calma hasta romper un cristal. De nuevo se yerra el tiro y se culpabiliza a las víctimas. ¿Acaso se nos dice subliminalmente que nos conformemos con lo que tenemos y no movamos un solo dedo contra la tiranía que nos oprime? Quizá muchos participen de esa opinión, lo cual explicaría los 55 años de dictadura ininterrumpida en nuestro país, caso único en el mundo conocido. ¿Se nos sugiere que nos preparemos para soportar con buen ánimo cuanto el futuro inmediato nos depara, según los propósitos manifiestos del Dedo Portentoso?

Otros, quizá una exigua minoría, nos sacudimos hace tiempo la mentalidad de esclavos y no estamos dispuestos a contemplar pasivamente tanto atropello impune, el saqueo descarado de la riqueza de la Nación, los asesinatos alevosos, la miseria lacerante, la ignorancia como designio, todos esos inhumanos dislates que lastran nuestra existencia desde hace más de medio siglo y socavan nuestra dignidad. Allá cada cual con sus opciones. Algunos escogimos el sacrificio; otros la comodidad. El tiempo dirá. Pero mirando la Historia, lo lógico es que las ideas y actitudes de los hoy estúpidos idealistas diseñen el mañana, aunque no recojan ellos la cosecha, cuyos frutos beneficiarán también a los pragmáticos acomodaticios. El reto sigue en pie: ¿dejar tranquilos a los sátrapas para que nos sojuzguen a su antojo, o desafiarles de cualquiera de los modos a nuestro alcance para que no se sientan impunes en su endiosamiento, e ir arañando algún resquicio que impida la asfixia? ¿Acaso no es preferible poner a los tiranos bajo sus propias responsabilidades, desvelar su rostro verdadero, que se vea con nitidez su auténtica naturaleza para que dejen de engañar a los incautos biempensantes?

En cualquier otro lugar de esta Tierra que nos alberga, un asesino es un asesino y un ladrón es un ladrón, salvo en Guinea Ecuatorial. Y puesto que ese país es parte del mundo, sobra esa pretendida excepcionalidad. No trajeron el Decálogo los colonizadores: tampoco fue lícito matar, robar, calumniar, mentir, blasfemar o perseguir a la mujer del vecino en nuestras culturas ancestrales. ¿Cómo y cuándo dejamos de ser humanos, seres racionales, para mirar impasibles la desgracia ajena, y medrar si hay ocasión? Según noticias de hoy, PAYSA está siendo cruelmente torturado en las siniestras dependencias policiales conocidas como «Guantánamo». Sus carceleros expulsaron al abogado que se personó para asistirle. Según el comisario jefe de policía, «Joaquín es un rebelde que se dedica a difamar al gobierno». Todo por intentar ejercer el derecho universal a la libertad de expresión y, ante el atropello, y romper un cristal por la rabia y la frustración.

Radio Macuto Facebook

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *