Un domingo cualquiera
de repente…
un estruendo
cielos nublados
pieles abrasados en llamas
almas perdidas por doquier
cuerpos bajo escombros
A quién le importa
que la catastrofe
gritos de socorro
llantos desesperados
en mis sueños revivan
A quién le importa
mi huerfandad
si mi padre era don nadie,
a quién le importa
mi brazo amputado
si mi desaparición
su deseo ferviente
a quién le importa mi sin vivir
si un trapo soy
Por dónde andas
gobierno corrupto
tu ausencia pulula
a la hora de dar la talla
mas tu presencia
por los medios abunda
jugando a mesias
con fajos de billetes
que con guiños de burla
a tus bolsillos acaban
retozas con la mentira
y sales con la tuya
verdugo eres!
A quién le importa
que no vuelva a sonreir!
si mis dientes carcomidos
y mis ojos undidos
no impactó tu mirar
A quién le importa
que la extrema pobreza
arrastre mis huesos
a la indigencia absoluta
A quién le importa
que los roedores
se empachen
comiendose a un bebé
R. Zingha