El último informe de Amnistía Internacional sobre los DDHH en Guinea Ecuatorial muestra que lasituación sigue siendo extremadamente alarmante. Tras más de 40 años de monopolio político, el Partido Democrático sigue manejando el país a su antojo. Una constitución que permite a Obiang designar y destituir jueces arbitrariamente hace que ningún proceso de participación y resistencia civil pueda prosperar nunca. Tanto los derechos civiles y políticos, como los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales son sistemáticamente vulnerados.
Sin embargo, la presencia de Guinea Ecuatorial en los medios de comunicación social resulta llamativamente escasa y su resonancia política prácticamente nula. Esta invisibilidad es moralmente más preocupante en el caso de España, dado su vínculo histórico con Guinea. Dar a conocer esta alarmante situación y tratar de explicarla es lo mínimo que cabe hacer para intentar saldar nuestra deuda moral con este país y favorecer su transición hacia la democracia
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