En la tarde de ayer Lunes, cuando se desplazaba para atender una urgencia sobre las 19 horas, el Doctor Wenceslao Mansogo fue parado e inmovilizado durante unos 20 minutos por los policías que se encontraban en la prevención del cuartel de Policía de Ukomba, algunos de ellos bastante agitados, en la ciudad de Bata.
De nada sirvió explicarles que se trataba de una urgencia médica. Los policías, que dijeron cumplir órdenes, se negaron tajantemente a autorizar su paso porque, según alegaron, no tenían instrucción de dejar pasar a nadie sin credencial, ni siquiera a los médicos.
Los 20 minutos de espera fueron para intentar consultar con un superior de ellos que, visiblemente, era inaccesible. Finalmente, temiendo toparse con alguna otra patrulla similar y para evitar mayores molestias, el médico optó por regresar a su casa sin haber podido atender a su paciente.
Más allá de este deplorable incidente puntual, se plantea el problema más general y preocupante de todas aquellas personas que, por estas medidas confusas y en ocasiones arbitrarias o inadecuadas, o por miedo a las molestias que pudieran resultar de ellas, no se atreven, no pueden o prefieren abstenerse de trasladarse a los centros sanitarios o a lugares de trabajo nocturno. Nos referimos al personal sanitario, a los pacientes urgentes, a las mujeres que deben dar a luz, a los guardianes nocturnos, etc.
Las consecuencias podrán ser más dañinas que el objetivo deseado.
Fuente: Asodegue2ªetapa