Los africanos tenemos que aprender a pensar por nosotros mismos. En esta empresa estamos embarcados varios desde hace tiempo. Tenemos que hacernos preguntas con una actitud filosofante, es decir, que busca causas más profundas sobre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro.Debemos decir de antemano que nuestra realidad actual no es fruto del azar ni de una maldición, sino el fruto de muchos factores y protagonistas. Además, hay que pensar siempre de forma dialéctica: junto a lo negativo y las sombras, hay siempre dimensiones positivas y portadoras de alguna luz. Todas las realidades son una mezcla de luces y sombras. Pero en esta reflexión vamos a centrarnos en las sombras, porque son las que nos causan problemas. Vamos a echar mano de algunas categorías: las sombras reprimidas y el principio del karma.

Las sombras reprimidas por la conciencia colectiva
La conciencia africana está dominada por sombras que nunca hasta hoy han sido reconocidas e integradas; unas de las más importantes son la esclavitud y la colonización, la parte de responsabilidad de los propios africanos en estos períodos, y sus consecuencias en la mente del africano. Los hechos oscuros y negativos que una cultura con su consciente/inconsciente colectivo se niega a asimilar, y por lo tanto reprime y se esfuerza por alejar de la memoria colectiva, impiden un proceso coherente y sostenido de sanación nacional.Todo proceso colonialista es violento. Implica invadir tierras, someter a los pueblos, obligarlos a hablar el idioma del invasor, incorporar sus formas de organización social y la completa sumisión deshumanizadora de los dominados. De este proceso de sumisión surgió el complejo del africano, pensando que sólo es bueno lo que viene de afuera o de arriba, inclinar siempre la cabeza y abandonar cualquier intento real de autonomía y de proyecto propio.La mentalidad de muchos africanos sigue siendo colonial. Muchos siguen tratando de imitar en todo a sus antiguos amos. En muchos países africanos nunca ha habido un proyecto nacional que incluyese a todos. El África poscolonial es como una Gran Empresa que se dedica a satisfacer los intereses de sus antiguos amos y sus multinacionales.

El Karma
Karma es un principio oriental que originalmente significa fuerza y movimiento; esto es, cada “acción” provoca su correspondiente “re-acción”. Según este principio, cada persona está marcada por las acciones que ha realizado en su vida; y las consecuencias de sus actos no se limitan sólo a la persona, sino que afectan a todo su ambiente. Es una especie de cuenta corriente ética cuyo saldo cambia constantemente según las buenas o malas acciones realizadas, es decir, los “créditos y débitos”. Incluso después de la muerte, la persona, en la creencia budista, lleva esta cuenta en las encarnaciones que pueda tener, hasta conseguir que la cuenta negativa se ponga a cero. Quiere decir que la historia se compone de redes relacionales en las que se inserta cada persona, ligada a las que le precedieron y con las que están presentes. Hay un funcionamiento kármico en la historia de un pueblo y sus instituciones según los niveles de bondad y justicia o de maldad e injusticia que han producido a lo largo del tiempo.Las realidades kármicas impregnan las instituciones, los paisajes, configuran a las personas y dejan sus huellas en la cultura de un pueblo. Esta fuerza kármica actúa en los procesos socio-históricos, marcando los eventos benéficos o maléficos.Sólo el karma del bien redime la realidad de la fuerza kármica del mal. Por tanto, alguna persona o generación tiene que cambiar para frenar la extensión e influencia kármica del a mal a las futuras generaciones. Mientras que nadie se atreva a hacerlo, el mal, el odio y la venganza seguirán en las próximas generaciones.

Conclusión
Los procesos históricos no son ciegos y sin rumbo. Guardan un secreto que marca el camino y generan, a partir del caos, nuevas posibilidades y horizontes insospechados. Ellos marcan la dirección, pero todos tenemos que recorrerla y construirla. No tenemos que limitarnos a lamentar perezosamente la herencia de nuestros antepasados, sino que nosotros también tenemos que construir nuestro legado e imprimir nuestras huellas en la historia de nuestros pueblos.

África Piensa

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