Por José Eugenio Nsue

He querido desde hace mucho explayarme para opinar sobre el fenómeno del racismo latente en la sociedad española que todo el mundo trata de ocultar y se niega a reconocer por motivos y razones inconfesados. Los medios de comunicación españoles, los políticos de todos los signos ideológicos, la comunidad educativa y la sociedad en general desde hace mucho han tratado de minimizar, negar, soslayar su existencia en España hasta que el trato a Vinicius, jugador negro brasileño fichado muy joven por el Real Madrid para empezar a jugar en el equipo filial; en esta temporada 22/23 ha despuntado como un jugador top, probablemente uno de los tres mejores jugadores del planeta en la actualidad, el mejor jugador de la liga española sin lugar a dudas; en cambio en la inmensa mayoría de los campos de España (la afición) le insultan, le llaman: «negro de mierda», «mono», «tonto»; le reciben con gestos y sonidos de simios (hu, hu, hu) como los gorilas y chimpancés; en el terreno de juego, muchos jugadores, todos mediocres y envidiosos al no poder frenarle y viéndose humillados por su maestría y genialidades con el balón, le agreden, provocan, también le insultan y él tampoco se queda atrás, cae en las provocaciones, entra en la misma dinámica y les contesta con la misma moneda; los árbitros, en su conjunto, siguiendo o no alguna consigna o conjura, consienten, toleran y hasta corroboran en el ensañamiento con él no considerando punibles muchas de las faltas que le hacen, culpan a él cuando está siendo víctima como su expulsión en Mestalla (Valencia) este pasado domingo cuando fue él quien había sido objeto de insultos graves, provocaciones y hasta agresiones físicas como la que le hizo el portero del Valencia, Mamardashvili y el agarrón en el cuello de Hugo DURO, otro jugador valencianista, en una trifulca en los minutos finales del partido; agresión no mostrada deliberadamente por el VAR, pero sí el manotazo que Vinicius le propinó, que le provocó la expulsión.

Para los detractores de Vinicius, éste cosecha lo que siembra; es mal educado, altanero, provocador, desconsiderado hacia el público adversario y hacia sus compañeros; es vacilón e inmaduro, justifican la animadversión hacia él y el odio por su forma de ser; otros listillos llegan a preguntar por qué no son atacados otros jugadores negros de su propio equipo como a él, sentencian diciendo que cuando Vinicius deje de provocar, se haga dócil como el resto de los negros que juegan al fútbol en España y sea bien educado, dejarán de meterse con él, dejarán de insultarle y le indultarán no ofendiéndole por el color de su piel. O sea, para que un negro sea respetado, tiene que ser dócil, educado y formal. Hasta los hinchas negros de otros equipos y antimadridistas le atacan, los que juegan en el mismo equipo y otros que juegan en los demás equipos cuya afición se mete con él, también se callan y pasan en lugar de solidarizarse y hacer piña frente al racismo.

El problema que tiene España para esas cuestiones son las excusas y evasivas que ponen para no reconocer una realidad que viene dándose desde hace más de dos décadas. Si Vinicius recibe insultos y ofensas raciales y provocaciones es porque los incita; ¿acaso Marcelo VIEIRA, Samuel ETO’O, Christian KAREMBEU, Dani ALVES, Roberto Carlos, Ronaldo NAZÁRIO, Ronaldinho, Neymar, Iñaki WILLIAMS y un largo etcétera, también incitaban al odio, provocaban las demás aficiones y menospreciaban a sus compañeros en el campo?

El debate es lo que hacer con las actitudes, gestos y palabras ofensivos, racistas o xenófobas que crecen alarmantemente en nuestra sociedad, cómo calificarlos, llamarlos.

Lo que constatamos y percibimos los que sin haber nacido en España en cambio vivimos aquí, nos hemos enraizado, contribuimos en su desarrollo y crecimiento, nos interesa y preocupa, es el afán de tratar superficialmente el tema del racismo como lo hacen con otras cuestiones y temas de vital importancia como la violencia de género, violencia juvenil, las agresiones sexuales, los modelos de Estado, la Enseñanza y la Familia; la institución monárquica, los símbolos nacionales, etc, etc; se pierden en disquisiciones insustanciales e inconsistentes que diluyen los temas de debate y evitan que afloren nuestras miserias que son humanas como las de todo el mundo y España no puede creerse diferente al resto de la humanidad.

A la pregunta de si España es o no racista, un país de racistas o si hay racismo en España. No es raro escuchar de boca de muchos españoles que Estados Unidos, Brasil, Inglaterra o Francia son países racistas como tampoco es raro ni descabellado creer que Alemania era nazi y antisemita, o que África, los países árabes y América latina son machistas…, ¿eso quiere decir que todos los norteamericanos, brasileños, ingleses o franceses son racistas; que todos los africanos, árabes y latinos somos machistas? ¿Hay racismo en España; España es racista? Rotundamente sí; España es racista como lo son los Estados Unidos, Brasil, etc; como Alemania fue nazi y antisemita. ¿Eso quiere decir que todos los españoles somos racistas? En absoluto; de la misma manera que no todos los estadounidenses, brasileños e ingleses son racistas, tampoco todos los africanos, árabes y latinos son machistas; más bien es una cuestión lingüística que no nos debería desviar del tema en cuestión que abochorna, indigna y avergüenza.

  • España es racista cuando en más de cuatro décadas, desde la implantación de la democracia en el país y tras más de cinco siglos del descubrimiento de América y las colonizaciones, no ha habido un solo negro Ministro, Secretario o Director General. La presencia de negros (2) en la historia de la Cámara de los diputados en España, no es más que marginal; ¿esto es por casualidad? Es puro racismo institucional a pesar de las soflamas que las izquierdas nos tienen acostumbrados para hacer creer a los ingenuos (naïfs) extranjeros que trabajan para la integración.

  • Los medios de comunicación españoles son racistas; tanto el ente público como el sector privado, no hay manera humana de ver a un negro o negra dirigiendo o codirigiendo un programa de televisión, radio o algún periódico, ni trabajando de forma notoria en alguno de los diarios de tirada nacional (País, ABC, El Mundo, La Razón, Público, etc, etc). Los casos de Francis GALVES, Desirée NDJAMBO o Lucía MBOMIO, son la excepción que confirma la regla; ¿es por casualidad?

  • La sociedad española es racista; sigue siendo noticia en muchos pueblos, municipios y provincias españoles ver a un negro profesor, médico, enfermera, sacerdote, policía o piloto de avión; los que lo somos, nos siguen viendo como bichos raros o con mucho desdén, hasta algunos nos consideran impostores e intrusos. En los colegios, institutos y centros de formación siguen preguntando a nuestros hijos por su origen o nacionalidad; 6 siglos después del descubrimiento de América, muchos españoles no creen que hay españoles negros de nacimiento. En los estadios, patios de colegios, parques y calles hasta algunos vecinos siguen llamando y dirigiéndose a los compañeros: negrito, morenita, gente de color; los reciben con risitas mofadoras. En los lugares de trabajo, los compañeros, empleados y servicios…, la desconsideración y el menosprecio son evidentes, a diario; ¿alguien lo pone en duda?

  • Entre la clase política española, existen racistas; hay partidos políticos que con sus discursos supremacistas y exclusivos, las imputaciones de todos los males son atribuidos a los inmigrantes, extranjeros y las promesas de beneficiar primero a los suyos; estos partidos cada vez son seguidos, apoyados y votados por muchos ciudadanos, dirigen comunidades autónomas y otros van conquistando cuotas de poder y obteniendo representaciones en las instituciones. Otra prueba y demostración de que el racismo y la xenofobia que estaban latentes en la sociedad española, están saliendo a la luz.

Por lo tanto, claro que España es racista, de racistas y existe el racismo de la misma forma que existe la pederastia (pederastas), las violaciones (violadores), el machismo (machistas), la violencia de género (maltratadores), la corrupción (corruptos), etc; ¿son todos los españoles pederastas, violadores, maltratadores y corruptos?: ni mucho menos, como tampoco todos los alemanes fueron nazis ni antisemitas; ni todos los estadounidenses son racistas ni amantes y defensores de las armas. Haber racistas en España hay los; si no se llama por su nombre y no reconocemos que habemos un problema muy gordo en nuestra sociedad, nunca acabaremos con él, estaremos mareando la perdiz como hacemos con todas las lacras sociales.

Ojalá la explosión de rabia e impotencia de Vinicius el domingo en Mestalla y la repercusión mundial que el tema del racismo en España está teniendo mundialmente marque un antes y un después en la persecución y lucha contra esta sinrazón, como fue el movimiento «Basta ya» contra la ETA en el asesinato de Miguel Ángel ORDOÑEZ; lamentablemente, sigue habiendo la discriminación racial y la xenofobia en muchas sociedades en pleno siglo XXI, si no nos lo tomamos en serio y conjuramos para su erradicación, los vulgos, cafres y catetos, todos los que creen que el color de la piel es un valor, un privilegio y una cualidad seguirán imponiendo sus leyes.

Quien calla otorga, el que justifica consiente; el racismo no tiene otro nombre ni se combate con medias tintas: o estás con o contra los racistas; ¿de qué lado estás?

Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?

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