Por José Eugenio Nsue

¿Por qué no te callas?; fue la frase pronunciada por el rey don Juan Carlos I, el 10 de noviembre de 2007, dirigida al presidente venezolano, Hugo Chávez, como reprimenda tras las reiteradas interrupciones que este realizaba al presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, celebrada en el Centro de Convenciones de Espacio Riesco en Santiago de Chile.

Aquella lacónica frase del rey emérito español al fallecido Hugo Chávez en Chile, no les vendría mal a todos esos paisanos que se hacen llamar políticos, se erigen en salvadores de los guineanos oprimidos por el régimen criminal de los Obiang y salva patrias de nuestra patria querida, la República de Guinea Ecuatorial. Si yo fuera rey como don Juan Carlos I, un influencer o un auctoritas, mandaría a callarse a todos esos que utilizan el nombre de Guinea Ecuatorial en vano, hacen tanto ruido sin nada que proponer, medios materiales, ni ideas que aportar.

Mi desafección hacia la política en general, pero sobre todo a la manera guineana de hacer política, es por culpa de lo que hacen, como se comportan, actúan y dicen muchos de los guineanos políticos. Tras informarme, leer un poco y escuchar de boca de los actores y testigos presenciales de la transición hacia la independencia y su lucha, coinciden todos en señalar que, de todos los actores de la lucha por la independencia nacional, don Atanasio NDONG MIYÓN fue el más intelectual de todos; mas yo, en cambio, le atribuyo ser el culpable del fracaso y de las desgracias posteriores que el país está padeciendo desde el quinto mes de la proclamación de la independencia, el 12 de octubre de 1968.

Si bien es cierto, según afirman, que él es el que escribió junto con su mano derecha de MONALIGE (Movimiento Nacional de Liberación de Guinea Ecuatorial), don Saturnino IBONGO IYANGA, la letra del extraordinario himno nacional, diseñó e ideó el escudo nacional con sus símbolos: una ceiba (árbol típico que simboliza la exuberancia y la frondosidad de nuestros bosques), las 6 estrellas de 6 puntas (representan las 6 regiones que compone la nación: Región Continental, Bioko, Annobón, Corisco, Elobey Grande y Elobey Chico así como los demás islotes) y una inscripción en la base que reza: Unidad, Paz, Justicia; también eligió los colores de nuestra bandera: azul (alude a las inmensas y ricas aguas territoriales), verde (simboliza la vegetación y la riqueza forestal del país), blanco (la paz deseada por el pueblo) y rojo (representa la sangre de los mártires que dieron la vida por la independencia nacional); sin embargo su decisión de apoyar al más inútil, inepto y psicópata de los candidatos que iban a la segunda vuelta de las elecciones, Francisco Macías Nguema Biyogo, con la intención de derrocarle nada más proclamarse la independencia y hacerse con el poder; al fracasar su plan y triunfar la sin razón, el país se sumió en un caos del que no hemos salido aún, 55 años después. Esa forma traicionera, cobarde, desleal, prepotente, altanera, soberbia, de creerse invencible, sabelotodo y sobrado con la que actuó, se ha apoderado de los políticos de Guinea Ecuatorial hasta hoy.

Oyendo hablar a los que dicen ser opositores en los últimos audios que me han llegado de Faustino Ondo Ebang, Juliana Esimi y José Nve Eló; todos coinciden en presentarse como los únicos presentables, elegidos (por el divino, los antepasados o por los padres de la independencia), se consideran aptos para conducir la transición hacia la democracia, los únicos interlocutores válidos por la Comunidad Internacional que está dispuesta para resolver el ‘caso’ de Guinea; se sienten los representantes legítimos del pueblo, tan autosuficientes y tan necesarios que fuera de ellos, Guinea Ecuatorial no tendrá solución, ni los guineanos salvación. También coinciden todos en desacreditar al resto de los opositores a los que califican de vividores, aprovechadores y subvencionados por las potencias occidentales; les acusan de perezosos, cuentistas y estar descartados para poder liderar el proceso de la democratización del país porque las «potencias» occidentales y la Comunidad Internacional se han cansado de ellos y han dejado de contar.

No deja de ser curioso el fenómeno del político tipo del guineano, sufre el síndrome de Atanasio NDONG MIYÓN, que consiste en creerse el mejor y único, capaz de salvar el país sin la ayuda de nadie cuando la realidad es y ha sido totalmente distinta. Desde que Atanasio NDONG emprendió la aventura o la fantasía de deshacerse del presidente elegido, Macías Nguema, sin despeinarse ni pegar un solo tiro, hasta hoy 54 años después, seguimos viendo y asistiendo los mismos patrones, las mismas actitudes entre la clase opositora; es decir, guineanos y guineanas en solitario hablando en nombre de todos, presentándose como los únicos capaces de arreglarlo todo solos, afeando o atacando a los demás, y acaban como siempre sin solucionar nada. Habría que cantarles: no solo boca, queremos hechos.

Por mucho que algunos nos esforzamos en comprender este carácter destructivo, altivo y desconsiderado hacia los demás políticos guineanos, todos saben qué hacer para acabar con el régimen, en qué se equivocan los demás, pero nadie acierta con la fórmula ni hace nada diferente; no lo conseguimos. Lo cierto es que esa actitud soberbia y arrogante es la principal causa del fracaso de los políticos de nuestro país, desde nuestro punto de vista.

La política (ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, especialmente de los estados), es consenso, ideas, organización, equipo, propuestas; la política consiste en formar un equipo humano para resolver los asuntos y problemas de las personas, ordenar, organizar y desarrollar la sociedad; un buen político, un líder es aquel o aquella capaz de rodearse de personas competentes, solventes ética, moral e intelectualmente unidas con una misma ideología para articular un proyecto común con el que transformar la sociedad y la vida de sus habitantes; además debe ser generoso, tenaz, ambicioso no egoísta ni materialista y sabio.

El caso de Guinea Ecuatorial es totalmente contrario, el escenario político nacional se ha llenado de aventureros, aprovechadores, sinvergüenzas, charlatanes, mediocres si no analfabetos funcionales cuyo único ‘trabajo’ es vociferar y desgañitarse de los demás sin ofrecer alternativas, constituir una formación política definida y conocida; ¿cómo se llama la formación política de Juliana Esimi, Faustino Ondo Ebang, José Nve Eló o Genoveva Nchama? ¿Dónde están sus sedes, quiénes forman sus juntas directivas? ¿Cuáles son sus ideologías o idearios, qué modelo de política proponen para el país? ¿Cuántos afiliados tienen, dónde y cuándo se reúnen? Desde que fueron elegidos por los dioses y sus antepasados y recibieron el encargo de liberar Guinea Ecuatorial, ¿a quiénes han elegido en el país para que les acompañe en esa ardua tarea ya que no se puede contar con los fracasados y veteranos opositores en el exilio? Macías ya hizo lo que quiso, como quiso y con los que quiso; no fue una lumbrera, todo lo contrario, era un inculto e inepto, pero sometió a todos hasta que su sobrino, otro corto de mente e ignorante (cría cuervos y te sacarán los ojos), Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, de quien dicen los que le conocen que nunca ha brillado ni sobresalido en nada; su tío le nombró su lugarteniente, sin embargo le dio un golpe de Estado y lo ejecutó haciéndose con el poder; ninguno de esos iluminados ha hecho nada para quitarle y salvar el país. Lleva en el poder más de 43 años; ha hecho lo que ha querido con los que ha querido y como ha querido, ha sometido al pueblo; ninguno ha sido capaz de desatarle ni siquiera las sandalias. Ahora su hijo, Nguema Obiang Mangue, ha cogido el relevo, está haciendo lo que quiere, como quiere y con los que quiere; nadie está siendo capaz de mirarle a los ojos, ni toserle si quiera; en cambio nos llenan los oídos, saturan las redes sociales con soflamas, fanfarronerías y estupideces. Si están en contra del régimen de los Obiang, si es cierto que han sido ungidos por alguna divinidad o los antepasados, si están poseídos por los espíritus de sus ancestros y son los únicos que tienen las agallas, son los más listos, incorruptibles y han sido escogidos para liberarnos, ¿por qué no lo hacen de una vez y desde el poder llamar a los suyos para dirigir y levantar el país en lugar de descalificar, denigrar y ofender a los demás que ni gobiernan ni son ricos?

Nos hemos cansado de repetir que sin los medios materiales y económicos, sin una preparación académica e intelectual, sin valores y principios éticos y morales y sin un equipo humano comprometido, leal entre ellos mismos, decidido y exento de regionalismos, tribalismos y ambición materialista, jamás habrá ni democracia, ni desarrollo, ni cambio político en Guinea Ecuatorial. Es inaudito que unas verduleras, granujas y analfabetas funcionales; otros majaretas y aventureros quijotescos sean los que se presentan como los salvadores de la patria y la gente les hace caso porque los que han ocupado el poder en el país hasta ahora, son de la misma calaña. Esto pasa porque los guineanos capaces y legitimados para ocuparse de esos temas, miran por el otro lado, se han resignado o los han asesinado.

Pobre de Guinea, pobre de nosotros.

Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?

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